Hoy os presento a «El Monstruo de Colores», muy conocido en Educación Infantil.
Hace unos días fue el cumpleaños de un amiguito que le encanta su mascota del colegio y su mamá me encargó que se lo hiciera.
Espero que disfrute mucho con él.
Laura me pidió una tiara para «La Noche en Blanco».
En el pueblo donde pasamos las vacaciones suelen hacer una convivencia por la noche donde todos van vestidos de blanco y se reúnen para cenar.
Ella la recuerda del año pasado como algo muy especial.
Los que me conocéis un poquito sabéis que en mi casa siempre hay tul y con la regla de aprovechar restos improvisamos la diadema.
Si recordáis la entrada de hace unos días de los vestidos de ceremonia ya sabéis de donde he sacado las flores.
Las metí en gelatina para que cogieran consistencia. Tenéis un ejemplo de como se hace en este enlace.
La base de la tiara es una trenza hecha con dos trozos de tul y un trozo de lazo.
Una vez hecha a la medida de la cabeza vamos cosiendo las flores por el centro con puntadas que no se vean. Unimos la diadema y colocamos unas cuantas tiras de tul con unas flores para que cuelguen del pelo.
El motivo de esta entrada es que cuando estaba embarazada busqué opiniones sobre estas dos hamacas y no encontré nada al respecto. Así que os cuento un poco mi experiencia.
Cuando nació Laura, hace ya seis años, acababa de salir al mercado la hamaca Coco Bloom (bueno eso creo recordar). Nosotros no conocíamos a nadie que la tuviese ni la habíamos visto antes.
Como padres primerizos, y con otro tipo de prioridades hasta ese momento, nos encantó el diseño y además iba a juego con la decoración del salón. Lo que nos preocupaba era si sería cómoda, que no tenia colores ni juguetes para entretener al bebe y que no se podía transportar fácilmente. Pero pese a todos los contras nos la pedimos. El precio no resultó ser tan caro como el que tiene ahora aunque era de las más caras que vimos.
¡Todo un acierto! Laura la ha usado a diario hasta los cuatro años y porque ya dijimos que no nos fiabamos mucho de que aguantase su peso, porque precisamente ella no es flacucha. A día de hoy aún se sienta en ella de vez en cuando. Creo que está bien amortizada. La estructura al ser de madera está como el primer día pero la piel del asiento está un poco deteriorada.
La usamos prácticamente desde el primer día y no hemos echado de menos ningún juguete que la entretuviese. Si le tengo que poner alguna pega sería el que no se puede transportar cuando está el bebe en ella porque pesa bastante.
Antes de que naciera Helena nos pusimos a ver hamacas porque la de Laura está un poco estropeada. Como no nos convencía ninguna en concreto nos planteamos comprar el asiento de la Coco Bloom pero solo encontramos un distribuidor que nos la sirviera y el precio era casi igual que el de comprar otra hamaquita nueva. Así que buscamos nueva hamaca y nos encontramos con la Babybjorn.
Fue una de las que mas nos gustó porque era una de la que más peso admitía, muy ligera de transportar y totalmente plegable. Pensamos que sería una buena opción para cuando este verano vayamos a la playa.
Durante los primeros meses Helena la ha usado bastante poco porque no le gusta mucho estar en ella. Con la vuelta al trabajo a Helena la cuida su abuela y le llevamos la hamaca de Laura a su casa. Fue toda una sorpresa ver lo cómoda que está la peque y las siestas que hace en ella. La Coco Bloom es muy amplia y en la Babybjorn se ve muy encajonada. Espero que más adelante le guste un poquito más y la podamos usar para ir a la playa. Para ser justos con la Babybjorn tiene bastantes pros:
-No es tan cara como la Coco Bloom
-Es ligera de transportar y fácil para guardar
-Se le puede colocar el accesorio para los juguetes
Pero la opinión que para nosotros cuenta es la de mi hija y hoy en día ella prefiere la Coco.
Y para resolver el problema del asiento estropeado le hemos fabricado una funda muy colorida.
Si queréis opinar al respecto o conocéis alguna que os guste comentad en la entrada porque seguro que nuestra opinión le será muy útil a las futuras mamás que estén indecisas.
Esta cajita que hemos preparado es para el bebe de unos amigos que ha nacido en estos días. Todo muy azul menos el chupete para el carro.
Lleva un chupete rojo.
Un jersey de lana y un sujeta chupetes.
También le hemos puesto un biberón y un muñeco para decorar la caja.
Un detalle para una preciosidad de niño.
Seguimos con cositas para los bebes. Helena tiene varias cadenitas para los chupetes que le han regalado, son muy monas con ositos y pájaros, pero me da la sensación de que al cogerla le puedo hacer daño con los broches. Así que he decidido hacerle unos de tela para los primeros meses y dejar los otros para cuando sea un poquito mas grande.
Con unos retales, un poco de velcro y unas pinzas igual que las que tienen los tirantes para pantalones se hacen en un momento y podemos hacerlos a juego con su ropita.
Ya ha pasado bastante tiempo desde la última vez que pasé por aquí, espero que los de siempre sigáis ahí. Estos días Helena está menos exigente y he podido aprovechar para hacerme un collar de lactancia. Estoy deseando probarlo y ojalá que a Helena le guste más que mi pelo y así deje de cogerlo mientras le doy el pecho.
Se hace rapido y con unos cuantos materiales reciclados. Unas bolitas y unos abalorios.
Se hace igual que con los chupetes, se cubren las bolas más grandes con hilos de varios colores llamativos.
Luego las combinamos con otras cuentas de collar y las introducimos en un lazo resistente a tirones. También le he puesto unos adornos de crochet en los extremos.
Espero no tardar tanto en publicar la próxima entrada y en enseñaros las cositas que le voy haciendo a las peques.
Salu2s.
Hace unos días tuvimos que hacer un regalo y entre otras cosas decidimos recopilar una serie de documentos que sabíamos que le iba a hacer especial ilusión a la homenajeada y decidimos encuadernarlo con esta tela tan alegre. Aprovecho el trabajo y pongo el tutorial.
Materiales necesarios:
-Cartón o pastas duras
-Tela
-Hilo o lana
-Cola
-Fieltro
-Aguja, tijeras y punzón o taladro
Lo primero que tenemos que hacer es medir el tamaño del trabajo que queremos encuadernar para cortar el cartón que usaremos para las tapas. Dejaremos medio centímetro en los tres lados donde no va cosido (ver foto).
El siguiente paso será cortar la tela dejando un margén de dos o tres centímetros.
En el cartón de la tapa delantera le dejaremos una hendidura para que pueda abrir y cerrar, la parte trasera la dejaremos tal cual está.
A un centimetro y medio cortamos una tira de medio centimetro, que será el margen que dejaremos.
Pegamos la tela al cartón, teniendo en cuenta de dejar el margen en la tapa delantera. Tenemos que repartir bien la cola para que no nos queden burbujas. Damos la vuelta y rematamos las esquinas con un doblez.
Para doblar las esquinas hacemos lo siguiente, doblamos la parte del centro
y después doblamos los lados.
A continuación cortamos el fieltro del mismo tamaño del trabajo a encuadernar y cubrimos la parte interior pegándolo con cola.
Una vez abierto quedará así
Y cerrado quedará así. Vereis como se aprecia el hueco que le hemos dejado para que se pueda abrir con facilidad.
A continuación necesitamos hacer los agujeros a las tapas y al material a encuadernar para el cosido.
Para ello nos hacemos una plantilla para marcar donde van a ir. Yo he usado un taladro con una broca muy pequeña pero se puede usar un punzón o una taladradora.
La plantilla nos servirá de guía para marcar los agujeros del trabajo y de las tapas. Para que no se mueva una vez que lo tenemos cuadrado le pondremos pinzas para que al hacer los agujeros no se mueva y quede todo bien alineado.
Por último nos queda coserlo, yo he usado la técnica de encuadernación japonesa donde el cosido queda a la vista, como explicarlo con foto es bastante complicado os remito a los vídeos que existen que lo explican estupendamente.
Y ya tenemos nuestro libro encuadernado.
Espero que le hiciera mucha ilusión el regalo, no por la encuadernación sino por el contenido que fue preparado con mucha ilusión y cariño.
Laura siempre ha querido una casita para ella pero por espacio nunca le hemos fabricado ninguna, hasta que navegando por la red encontré un mantel que cubre la totalidad de la mesa con puerta y ventanas. Es perfecta para usar en la mesa del salón, una vez que termina de jugar se recoge simplemente doblandola como un mantel y ocupa poco espacio.
La tela que he usado para la base ha sido un color camel. Quería un color que fuese neutro y que combinase bien con las demás telas, en un principio pensé en el color blanco pero se le notan demasiado las manchas.
Para empezar lo primero que hacemos será medir la mesa en la que queramos usar la casita-mantel. En mi caso mide 1,40×0,90×0,75 mts. Cortamos las cinco piezas, los cuatro lados de la mesa y la parte de arriba, dejando un centímetro de margen para la costura.
Lo ideal sería trabajar primero la cara donde van las ventanas y la puerta, pero yo preferí coser la estructura y ver que las medidas eran las correctas antes de dar ningún otro paso.
Una vez que me aseguré de que el mantel encajaba en la mesa, dibuje la puerta y las ventanas en la cara donde iba a ir la fachada de la casita.
A continuación corté dos cuadrados para hacer las ventanas.
Al filo exterior de los cuadrados le hilvané un biés que luego cosería directamente a la tela de la fachada de la casa.
Dibujé el interior de la ventana.
Recorté los cuadrados interiores y coloqué en la tela principal, una vez fijada con alfileres en el lugar correcto recorté la tela de color camel para que se viese desde el interior y a los filos le pasé otro biés.
La puerta la he hecho doble para que cuando la enrolle se vea igual por ambos lados, antes de coserla le he puesto dos lazos en la parte superior para poder hacer unos lazos y dejarla abierta. Por último la he adornado con una cenefa. Una vez que tengo la puerta confeccionada la fijo en la tela principal y corto la abertura un poco más pequeña que la puerta, y en lugar de hacer un dobladillo le he puesto otro biés.
Por último la he decorado con unas piculinas y unas flores y con un poco de fieltro he hecho unas tejas.
Me hubiese gustado hacerle más detallitos pero en cuánto Laura se enteró de lo que estaba haciendo no se separó ni un segundo de mi lado y cada cinco minutos me preguntaba mamá cuanto le queda a mi casita.
Esta tarde la han estrenado Laura y sus amigos y se lo han pasado genial.
No hay mejor gratificación que mi hija me diga antes de irse a la cama «Mamá me encanta mi casita».
Flores japonesas que se pueden utilizar como broches, para poner en diademas, coleteros, pinzas o lo que se nos ocurra.
Los materiales que necesitamos son:
-Tela
-Abalorios o botones
-Aguja e hilo
-Silicona
Las medidas las podemos variar según nuestro gusto y podemos poner más o menos pétalos. La medida del patrón de las flores de la foto superior pequeñas es de 5x5cm y las mas grandes de 7x7cm.
Hemos elegido la flor de cuadritos de vichy rosa para hacer el paso a paso.
Cortamos seis cuadrados de tela de 5x5cm.
A continuación cogemos un trozo y doblamos para que nos quede un triángulo, nosotros tenemos que ver el trozo de la tela de lado derecho y volvemos a doblar en dos triángulos más (ver foto).
Doblamos los dos picos hacia atrás y volvemos a doblar (ver foto). Lo sujetamos con un alfiler hasta que los tengamos todos hechos.
Hacemos el paso anterior con todos los pétalos. Una vez que ya los tenemos todos cortaremos los picos de la parte inferior.
Cogemos una aguja e hilo y pasamos la aguja por cada pétalo a la altura del doblez trasero, teniendo en cuenta de que queden todos los pétalos en el mismo sentido y sin que salga ninguno del hilo.
Tened en cuenta poner el hilo de un color similar a la tela, yo he utilizado uno distinto para que resalte en las fotos y sea facilmente visible.
Hacemos un nudo doble para que no se rompa y cortamos el hilo que sobra.
Abrimos todos los pétalos, dandoles forma con los dedos.
Para cubrir la parte de atrás de la flor hacemos un circulo de fieltro que pegaremos con silicona.
Solo nos queda poner en el centro cualquier abalorio o botón que nos guste fijándolo con silicona. Yo he usado un botón con un lacito.
Ahora que tenemos la flor podemos poner un imperdible para usar como broche, una pinza que fijaremos con silicona para utilizar de horquilla o bien pegar a una diadema.
Marta está ultimando todos los detalles para el nacimiento de su pequeño Dario. Y para ese estupendo carrito que ha elegido en color camel y rojo me pidió que le hiciera un bolso a juego.
A Marta le encantó el resultado y yo súper contenta de que le haya gustado. Ya solo nos queda esperar unos días para verle la carita al peque.